sábado, 30 de marzo de 2013

Megaestudio genético señala el camino contra el cáncer.-

Determinó 140 mutaciones no heredadas que desencadenan la enfermedad. Son específicas para cada tumor, pero todas se vinculan con un crecimiento celular atípico. 

Uno de los mayores estudios genéticos detectó que cada tipo de cáncer está asociado a de dos a ocho mutaciones que no son heredadas sino que aparecen a lo largo de la vida.
Estas mutaciones son diferentes en cada tumor, pero 
coinciden en que suspenden la muerte celular o aumentan la velocidad de división de las células. En cualquiera de los casos, es la ventaja competitiva que los cánceres tienen respecto de las células sanas. También, su punto débil.-

El trabajo en realidad son cuatro publicaciones en la revista Science y dos números especiales de su subsidiaria Science Signalling .
Las dos u ocho mutaciones necesarias para que surja el cáncer no son las mismas en cada tipo. Por eso se dice que no es una enfermedad sino varias. Cada tumor se desarrolla por mutaciones específicas.
En definitiva, no es que haya solo ocho variaciones genéticas vinculadas al cáncer, sino que son unas 140 en total.
Aunque parezcan muchas, estas mutaciones se lograron distinguir de otras que están presentes en los tumores pero que no tienen incidencia.
Es más, estos 140 genes que sufren la mutación participan de sólo 12 procesos celulares vinculados a la división y muerte celular.
Justamente esta ventaja competitiva, la esencia del cáncer podría ser su punto débil para combatir esta enfermedad que mata a 7,6 millones de personas al año en todo el mundo.
“En el futuro, el mejor plan de gestión para un paciente con cáncer estará basado en un análisis del genoma de su línea germinal (el que ha heredado de sus padres) y el genoma de su tumor”, señala el trabajo.
Salvo en el caso del tabaco en cáncer de pulmón o del sol en el cáncer de piel, tampoco se sabe qué factores son los que provocan estas mutaciones. Por lo tanto, la mejor acción contra el cáncer sigue siendo la prevención y su detección precoz.
Este estudio fue posible gracias a una estrepitosa caída en el costo de los estudios del ADN. Hace una década, secuenciar el genoma de un tumor costaba 100 mil dólares: Ahora, mil.

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